Gustavo Kuerten fue un especialista de arcilla que logró ganar tres
veces el Abierto de Francia, el torneo cumbre en la superficie. La
carrera de Jennifer Capriati, en su adolescencia, tuvo muchos vaivenes.
El brasileño Kuerten, Capriati y otros tres tenistas ingresaron el
sábado al Salón de la Fama durante una ceremonia de 90 minuto.
Los otros fueron el ex tenista español Manuel Orantes, el ejecutivo de
la industria del tenis Mike Davies y el campeón en silla de ruedas Randy
Snow, quien recibió un homenaje póstumo.
Kuerten, dueño de un irresistible carisma, alcanzó el primer lugar del
ránking en el 2000 y totalizó 43 semanas en la cima. Al ganar la Copa
Masters de ese año, "Guga" se convirtió en el primer sudamericano en
completar la temporada como número uno.
El polvo de ladrillo de París fue su lugar favorito al consagrarse campeón de Roland Garros en 1997, 2000 y 2001.
"Creo que es la superficie en la que uno más sufre", dijo "Guga", de 35 años, sobre la arcilla.
"Uno tiene que jugar durante muchas horas. Uno tiene que usar todas las
armas posibles y luchar como un guerrero", dijo el brasileño. "Es
divertido intentarlo".
Mermado por dolencias en la cadera, Kuerten se retiró en 2008 con una marca de 358-195.
Capriati inició como una joven prodigio, pero su carrera luego se
descarriló con problemas fuera de las canchas, se recuperó para
conquista tres títulos de Grand Slam.
Durante su discurso de aceptación, Kuerten bromeó sobre ser exaltado junto a Capriati.
"Jennifer, no quiero comparar mi carrera con la tuya, de otra forma dudarán sobre tenerme", dijo.
En un discurso lleno de lágrimas, Capriati, de 36 años, recordó sus
grandes momentos en el deporte y habló brevemente algunos de sus
problemas fuera de la cancha.
Capriati fue presentada por la ex tenista Monica Seles, quien ingresó al Salón de la Fama en 2009.
"Aún así logré superarme ante la adversidad, ganar una presea de oro,
ganar algunos Grand Slams y subir al podio del Salón de la Fama", dijo
Capriati. "Este es un hito que creí que nunca lograría".
La estadounidense dijo sentir como si su carrera en el tenis se haya completado.
"Ha sido toda una travesía", dijo Capriati durante una conferencia de
prensa antes de la ceremonia. "Aquí, miro atrás a todas esas cosas
realmente grandiosas que logré y las hazañas que tuve y todo el éxito
que tuve".
A sus 14 años, irrumpió en el circuito y llegó a semifinales en su
primer Grand Slam, el Abierto de Francia de 1990. El uso de drogas y
otros problemas afectaron su vida y su carrera, y temporalmente dejó el
tenis tras el Abierto de Estados Unidos de 1993.
Su caída no se detuvo ahí. Fue arrestada ese año por robar en una tienda
de un centro comercial de Florida, y de nuevo el siguiente año por
posesión de marihuana. Se sometió a rehabilitación por su adicción a las
drogas en 1994.
Capriati también cree que dejó el tenis un poco antes de lo que deseaba debido a lesiones.
"Fue duro tener que dejar el deporte", dijo un poco emocionada. "Es como
sufrir la muerte de un ser querido y una relación que termina, parte de
una misma. No fue fácil".
Capriati regresó al tenis en 1996. Cinco años después, cumplió esa
fuerte expectativa que se le impuso, al derrotar a las previas campeonas
Seles, Lindsay Davenport y Martina Hingis en camino al título del
Abierto de Australia de 2001 e ingresar por primera vez en siete años a
la lista de las mejores 10 raquetas del mundo.
Le dio continuidad al lograr el título en el Abierto de Francia y fue la
única tenista en llegar al menos hasta semifinales en los cuatro Grand
Slams ese año.
El punto máximo de su carrera —y quizá una de las mejores actuaciones en
la historia— fue el Abierto de Australia de 2002, cuando perdía 4-6,
0-4 ante Hingis antes de remontar para llevarse una victoria en tres
sets.
Ganó una medalla olímpica de oro en Barcelona 1992, y se despidió en 2004 con un récord de 430-176.
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