Esta vez no hubo viento. Por lo menos, claro, no las tremendas ráfagas que acompañaron la acción del primer set que comenzó el sábado y dejó a Ferrer a tiro de adelantarse en el marcador (se suspendió cuando ganaba 5-2).
Ya con un clima normalizado y una vez más en el estadio Arthur Ashe que disparó la polémica el día anterior (trasladar el partido al Louis Armstrong podría haber evitado las posteriores postergaciones), el español arrancó con la misma solvencia que había mostrado en la primera parte del partido y jugó un muy buen game de saque -incluido un notable passing de revés- para cerrar con éxito la manga inicial.
Pero hasta allí llegaría el dominio del español. Tras haber perdido el primer set en lo que va del torneo, Djokovic asumió el control absoluto del juego y, salvo en algunos pasajes del tercer parcial, sometió a Ferrer a sus cambios de ritmo y reencauzó el rumbo del partido.
El inicio de esos tres sets ganados por Nole en el "minipartido" sin viento (6-1, 6-4 y 6-2) tuvieron la misma marca: quiebre de Djokovic al primer juego de saque de Ferrer.
En el segundo y en el cuarto ya no hubo vuelta atrás. Solo en el tercero el N°5 del mundo pudo recuperar un quiebre y equillibrar las acciones. Pero algunos errores volvieron a dejar en desventaja a Ferrer y el serbio no perdonó.
34 winners y siete aces totalizó Djokovic, frente a 24 y uno, respectivamente, de Ferrer. En la contraparte, el campeón cometió 31 errores no forzados y una doble falta, contra 39 y 3 del español.
Ahora, Nole disputará su tercera final consecutiva en Flushing Meadows y su decimoquinto enfrentamiento con Murray, a quien supera por 8-6 en el historial.
A su vez, Ferrer quedó una vez más en las puertas de la definición del US Open (ya había caído en semis en 2007), aunque conserva el mérito de haberse convertido en el único español que junto a Rafael Nadal ha conseguido llegar al menos a los cuartos de final en todos los torneos de Grand Slam en una misma temporada.
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