La Selección de Argentina, que hoy venció a Brasil por 77-82 en los
Cuartos de Final del Torneo Olímpico de baloncesto, luchará por ocupar
alguna posición en el podio de Londres 2012, al tiempo que acaba con las
aspiraciones de su máximo rival en Sudamérica.
La presencia de Pablo Prigioni en la pista, tras superar un cólico
nefrítico hace apenas unos días, habla de la importancia del partido..
Dos viejos enemigos íntimos en busca de un puesto en Semifinales.
La gloria de luchar por las medallas para el vencedor y el regreso a
casa para el perdedor era lo que estaba en juego y ambos decidieron
jugar al ataque, con gran preponderancia sobre las defensas rivales en
los primeros veinte minutos.
El 26-23 del primer cuarto y el 40-46 del descanso hablan a las claras
del potencial anotador de los dos equipos sudamericanos y su no excesiva
implicación con los sistemas defensivos.
Brasil sobresalió en la dirección de Marcelino y en su poder anotador,
17 puntos en la primera parte, y Argentina por su tremenda efectividad,
un 74 por ciento en tiros de dos (14 de 19) y un 38 en triples (5 de
13).
El paso por vestuarios enfrió la fiebre anotadora de los dos equipos,
que tardaron casi dos minutos en hacer que el marcador cambiara de
dígitos.
Fue Argentina quien rompió de nuevo las hostilidades y alcanzó la
primera ventaja considerable, 44-54 (min. 23) con Scola, Delfino y
Ginóbili brillando.
Brasil intentó recomponerse, apretó en defensa y el luminoso sufrió un
parón de dos minutos, algo casi insólito. Las rotaciones y los nervios
comenzaron a tener un mayor protagonismo. El balón ya no circuló con
tanta fluidez y los puntos comenzaron a escasear con un parcial de 2-3
en cuatro minutos.
Argentina siguió anotando y la 'Verdeamarela' atravesó momentos
difíciles al final del tercer cuarto (46-61). Enfrentó problemas para
tirar con facilidad y dificultades en defensa ante una Selección de
Argentina especialmente certera en el lanzamiento.
Ruben Magnano, argentino de nacionalidad pero entrenador de la Selección
Brasileña, comenzó a mover el banquillo en busca de soluciones para
frenar a los jugadores con los que se proclamó Campeón Olímpico en los
Juegos de Atenas 2004.
En el último cuarto entró en juego la experiencia argentina para suplir
la carencia de rotaciones y frescura física. Con Prigioni al mando de
las operaciones, el base comenzó a alargar los ataques de su rival con
una defensa más pegajosa, al tiempo que mantuvo el marcador con un
intercambio de canastas favorable a sus intereses.
Brasil, que empezó a acusar su ausencia de dieciséis años de unos Juegos
Olímpicos, siguió luchando en espera de su oportunidad, que llegó a
falta de cuatro minutos y medio cuando se acercó a 2 puntos, 68-70.
Fue lo más cerca que estuvo Brasil de poder luchar por pisar el podio
olímpico. Argentina reaccionó de inmediato, recuperó el marcador hasta
un 68-74 y el nerviosismo brasileño hizo el resto.
Los jugadores de Magnano rompieron un poco la disciplina del equipo e
intentaron resolver con prisas en ataque, que Argentina dominó hasta
ganar por 77-82.
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