La clavadista mexicana Carolina Mendoza siempre guarda un traje de baño especial en su bolsa.
Es su forma de homenajear a su amiga y colega en el trampolín Diana
Díaz, fallecida hace un año en un accidente de tránsito. En Londres,
también le acompañaba el traje.
"Siempre cargo en la maleta el traje de baño. No es con el que compito,
pero siempre lo cargo", dijo Mendoza con las emociones a flor de piel.
La joven mexicana, de sólo 15 años, quedó eliminada el miércoles en la
Primera Ronda de clavados desde la plataforma de 10 metros. Fue un trago
amargo y Mendoza apenas podía contener las lágrimas.
"Sabía que podía dar más, soy más que esto", señaló. "Pero no cualquiera
llega a los 15 años a unos Juegos Olímpicos. Estoy feliz por estar
aquí, por vivir unos Juegos Olímpicos".
"Fue una experiencia única y me va a servir mucho para otras competencias", añadió.
Mendoza se inició en los clavados a los 11 años. Pronto mostró su
promesa y entró a formar parte del equipo mexicano para Londres.
El día de su debut, acompañada de una maestra como la doble medallista
Paolo Espinosa, cometió bastantes errores en su concurso y no pudo
avanzar a las Semifinales.
"Me da mucho coraje ni siquiera pasar a la Semifinal, sabiendo que podía
estar peleando medallas", aseguró. "Desde que llegué aquí, pensé que
era una competencia normal, pero siempre están los nervios, la presión,
todo se junta".
"Sabiendo que son unos Juegos Olímpicos te pones más nerviosa", agregó.
Mendoza es todavía una adolescente y quiso mirar el lado positivo. La
experiencia de Londres será otro recuerdo que cargará en su maleta, como
el traje de baño de su amiga, para Río de Janeiro 2016.
"La vida sigue y hay que echarle ganas", dijo. "Sé que voy a llegar a Río y que me va a ir mucho mejor".
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