El estadio Vicente Calderón acoge en el derbi madrileño el primer enfrentamiento entre dos de los mejores rematadores del mundo, el colombiano del Atlético de Madrid Radamel Falcao ante el portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo, referencias goleadoras de sus equipos.
La baja de Falcao en el estadio Santiago Bernabéu por una leve lesión muscular impidió en la primera vuelta uno de los mejores duelos de rematadores del planeta futbolístico. El colombiano es el único futbolista con licencia para meterse en el pulso goleador de Cristiano con el argentino Leo Messi. Sus 20 tantos en Liga le acreditan.
Fueron dos fichajes altos para los respectivos presupuestos de los dos equipos madrileños. Noventa y seis millones de euros al Manchester United por Cristiano. Cuarenta millones más siete en variables por Radamel a un club que nunca vende barato, el Oporto. Los dos artilleros sentían que había finalizado unas etapas exitosas en sus clubes. Deseaban dar el paso hacia el fútbol español, a la mejor Liga del mundo.
Radamel es un nueve clásico. Jugador de área. Un cabeceador temible. Un futbolista que remata todo lo que le mandan desde las bandas. Brillante en buscar el arco al primer toque, con su única laguna en el disparo lejano. Apenas lo intenta porque le cuesta intervenir en el juego de equipo pero él no se cansa de lanzar desmarques y abrir espacios.
Cristiano es un futbolista total. Hace daño desde cualquier posición. Partiendo desde la banda para desatar sus disparos más potentes, jugando dentro del área rival con un remate igual de efectivo con sus dos piernas. Explotador de su potente físico para ser buen cabeceador, virtud que apenas le saca partido en el Real Madrid, aunque fue con la testa como dejó su gol más importante hasta la fecha, el que le dio la final de Copa del Rey en Mestalla ante el Barcelona.
Falcao se estrena en un derbi madrileño ante el eterno rival rojiblanco. Cristiano juega su quinto duelo en Liga. Hasta la fecha cuatro victorias y ha marcado un doblete en un solo partido. Fue en el último referente, ambos goles de penalti para el triunfo 4-1. Antes, dejó pocos amigos en la afición colchonera.
Le pitan porque le temen. Además por la 'espaldinha' que los jugadores atléticos tomaron como una falta de respeto en los últimos compases de un derbi ya decidido. O por sus taconazos que lejos de considerar recurso técnico lo interpretan como una provocación.
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