sábado, 14 de abril de 2012
Atlas 1-0 Monterrey... Los Zorros se salvan del descenso
La capital jalisciense vivió las dos caras de la moneda. Mientras en el Estadio Jalisco todo fueron abrazos, festejo, una algarabía similar a la que experimentan los equipos que salen campeones, en Zapopan, seguramente rodaron algunas lágrimas, ante el adiós de una franquicia que durante muchos años se aferró al Máximo Circuito, y con pocos merecimientos para permanecer.
Atlas consiguió matemáticamente la salvación con muy poco a lo largo del torneo. “Nadando de muertito” sumó empates a racimos, y con eso le alcanzó.
Con el triunfo, los Rojinegros marcaron una distancia de siete puntos en la tabla porcentual, con seis por disputar. Los números hablaron por sí solos, y la sentencia se dictó.
El equipo de Juan Carlos Chávez ganó el partido decisivo, en la hora cero del certamen. Cuando no quedaba margen para el error, vencieron a unos diezmados Rayados de Monterrey, que prefirieron coquetear con el título de la CONCACAF, a seguir aferrados a la parte alta de la tabla general.
Al Atlas le costó sangre, sudor y lágrimas conseguir el resultado, pero cuando al final del encuentro sonó “La Murga” con los Auténticos Decadentes, se desató la fiesta en el Jalisco.
En la primera mitad, Rayados se hizo del dominio de la pelota y de las acciones, sin embargo, fue Atlas quien logró ponerse en ventaja y así, inclinar a su favor la balanza, con una ventaja que no perdería nunca a lo largo del encuentro.
El maleficio lo rompió Hugo Isaac Rodríguez al minuto 37, tras el cobro de un tiro de esquina desde la izquierda, la defensa rayada peinó la pelota y el defensor conectó de cabeza para marcar un gol con sabor a gloria.
El partido fue bueno, con intensidad en la lucha de la pelota. Los Rojinegros sabían lo que estaba en disputa, nada menos que la permanencia en el Máximo Circuito, mientras que los regiomontanos, con breves dosis de buen futbol, y con su arsenal en la cancha, terminó batiéndose en la cancha, tratando de rescatar el orgullo ante un equipo que logró su principal objetivo del torneo.
Con Suazo, De Nigris, Ángel Reyna y todo su potencial ofensivo, los regiomontanos se volcaron al frente, tratando de arrebatar a los Zorros esa esperanza de obtener la salvación matemática, con el triunfo entre manos.
Al minuto 90, el guardameta rojinegro, Miguel Pinto dejó la pelota a la deriva, tras una mala intervención, poniendo de punta los nervios de la parcialidad local, luego de una insistencia masiva del cuadro de Víctor Manuel Vucetich.
Cuando silbó el árbitro, todo se convirtió en abrazos, vítores y festejos, como si el Atlas hubiera ganado el título, aunque en realidad sólo consiguió mitigar el sufrimiento a causa de la lucha por el descenso, enviando a los Estudiantes Tecos a la Liga de Ascenso
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