El Arsenal volvió a confiar hoy en el español Santi Cazorla, quien marcó el tercer gol de su equipo, para gobernar desde el centro del campo un duelo en el que los "Gunners" sufrieron para remontar un tanto en la primera parte del West Ham (1-3).
El francés Olivier Giroud, al filo del descanso, y el inglés Theo Walcott, a pocos minutos para la conclusión, desequilibraron en favor del Arsenal un choque que el francés Mohamed Diame había puesto cuesta arriba para los de Arsène Wenger a los 20 minutos.
Cazorla, que había quedado algo oculto tras un primer tiempo en el que se echó el equipo a la espalda, apareció de nuevo en el minuto 83 para sentenciar el duelo con su segundo gol con la camiseta del Arsenal, hoy de color amarillo: un zurdazo desde el exterior del área con el que puso el cuero fuera del alcance del guardameta finlandés Jussi Jääskeläinen.
Los tres puntos sirven a los "Gunners" para sumar un total de doce en la tabla y superar provisionalmente, en el quinto puesto, al Manchester United, que este domingo se mide al Newcastle.
El Arsenal dominó el juego durante los primeros minutos del duelo ante el West Ham, con el balón siempre en el césped y tratando de sorprender por los costados.
Ante el empuje de los de Wenger, los locales reculaban hacia su propio campo al tiempo que el Arsenal confiaba cada vez más en su dominio y seguía ese movimiento adelantando sus líneas.
Astutos, los de Sam Allardyce dejaron que los "Gunners" se confiaran y esperaron el momento adecuado para sorprenderles al contragolpe.
La ocasión llegó por medio del francés Diame, que concluyó un rápido contragolpe con una jugada personal que acabó en gol e hizo estallar el delirio en las gradas de Upton Park y la decepción en el banquillo "Gunner", que veía cómo se derrumbaba el edificio que habían construido en el primer tramo del duelo.
Tras el gol, el West Ham se recluyó en su área y perdió cualquier interés por el campo contrario, lo que provocó que el Arsenal se estrellara una y otra vez contra la nube de jugadores en las inmediaciones del área local antes de lograr estrenar su marcador.
En algunos momentos, el West Ham acumulaba a sus diez jugadores en los primeros 20 metros del campo: más allá, los "Gunners" podían hacer circular el balón libremente, sin oposición alguna.
Cazorla retenía el cuero y trataba de inventar pases con sentido, pero por más que el alemán Lukas Podolski y compañía buscaban el desmarque, apenas quedaban en el césped metros cuadrados deshabitados para organizar una jugada de ataque en las cercanías del área rival.
Los miedos del técnico Allardyce resultaron estar justificados: en la única ocasión en varios minutos en la que el West Ham había adelantado unos metros sus líneas, el español Mikel Arteta se hizo con un balón que acabó en los pies de Podolski.
Arrimado a la banda izquierda, el alemán obligó a correr de vuelta a su área a los defensas del West Ham, que no supieron evitar que el centro de Podolski lo acabara conectando Giroud a la red por vez primera desde que llegó a Londres este verano.
Ya en el segundo tiempo, el Arsenal continuó ejerciendo su dominio sobre un rival que se mostró algo más ambicioso con el marcador equilibrado.
Los "Gunners" dominaban -aunque a su juego le faltaba algo de la velocidad y precisión tan del gusto de Wenger- y su recompensa les llegó en el minuto 77.
Giroud condujo un contragolpe desde la medular para meter un balón en profundidad a los pies de Walcott, que recorrió en solitario los últimos metros hasta el área y remató un balón raso que devolvió la tranquilidad a los aficionados del Arsenal.
Aún quedaba el gol de Cazorla, que llegó cinco minutos después con un disparo desde el exterior del área y que acabó con todas las resistencias del West Ham.
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